Sanlúcar de Barrameda |
Aprovechando que vamos de boda nos quedamos unos días en Sanlúcar de Barrameda, con la idea de visitar Doñana, las bodegas de Pedro Romero y de paso hartarnos de langostinos y manzanilla.
Sanlúcar es una pequeña y agradable ciudad con un centro histórico señorial, una pequeña playa y Bajo de Guía, donde desemboca el Guadalquivir, frente al parque natural de Doñana. A pesar de no tener buenas playas, es ideal para pasar unos días disfrutando de sus excelentes vinos, su gastronomía y dar largos paseos por el paseo marítimo o tomarse una copa en uno de los múltiples cafés a orillas del Guadalquivir.
Conoció su máximo apogeo en el siglo XVI como punto de partida y llegada de los grandes protagonistas del descubrimiento. Tras estos años de esplendor, la llegada de los barcos de América se traslada a Cádiz y entra en una etapa de decadencia. En la segunda mitad del siglo XIX, los Duques de Montpensier establecen allí su residencia de verano. Empiezan a celebrarse entonces las primeras carreras de caballos y a construirse lujosos hoteles y chalets cerca de la playa. La gente bien de Sevilla comienza a veranear allí. La llaman "la San Sebastián del sur".
Plaza del Cabildo |
Actualmente y a pesar de tener mucho turismo, la oferta de hoteles de Sanlúcar es pobre y no está a la altura de una ciudad de esa categoría. Nos alojamos en el Macia Doñana. Correcto, sin lujos, pero excelentemente ubicado a un minuto de Bajo de Guía y a diez minutos de la céntrica plaza del Cabildo.
Tapeando en Casa Balbino |
Excepto la visita a Doñana, que no pudo ser, todo lo demás sobrepasa con creces nuestras expectativas: las tortillitas de camarones de Casa Balbino, la manzanilla fresquita , los langostinos de Bigote o el arroz caldoso de Casa Juan… ¡Extraordinario!.
Decidimos repetir el próximo verano.
Decidimos repetir el próximo verano.
BMB