jueves, 30 de septiembre de 2010

La Huelga desde Bissau

Avda. dos Antigos Combatentes. Bissau.

Ayer, día de huelga general en España, fuimos invitados a visitar las instalaciones de un empresario español fabricante de vinos en Bissau. Este señor, no estaba de huelga. Aquí no llegaron los piquetes. Ningún obrero encontró la Avda. dos Antigos Combatentes bloqueada ni la cerradura de la fábrica sellada con silicona, ni coches ardiendo, ni lunas rotas.

Ayer conocí a un español emprendedor, listo, trabajador, serio, que conoce su oficio  y no le tiemblan las piernas para venirse a hacer lo que sabe a un país tan difícil como es Guinea Bissau. Un español, que no duda en buscar negocio fuera cuando las cosas se ponen feas en España.

Este murciano valiente se coge un avión de madrugada para venir a hacer su vino, a buscar clientes, a luchar con los obreros guineanos, a pelear con los problemas técnicos, con el calor, con las lluvias, con los cortes de luz, lejos de su familia y de su casa.

Este español sabe que la crisis no se soluciona haciendo huelga. Sabe que la única solución a la crisis es el trabajo duro.

BMB


lunes, 27 de septiembre de 2010

Sobremesa


Uno de mis puntos débiles en la cocina son los postres. No es que no sepa hacer ninguno pero bien lo que se dice bien, sólo me salen cuatro: la mousse de chocolate, el brownie, el tocino de cielo y las trufas. Y no será porque no lo intento. Todas las semanas me embarco en un nuevo proyecto de postre con la esperanza de ampliar mi repertorio pero cuando se lo doy a probar a Pablo llega el tan temido: “no está mal, pero no mata”, o sea, ni fu ni fa, vamos que tirando a malo. A pesar de todo, lo sigo intentando semana tras semana con la esperanza de conseguir algún día una buena tarta de manzana.

En portugués postre se dice sobremesa y en español también, aunque está en desuso y para nosotros sobremesa es ese periodo de tiempo de duración indefinida en el que se continúa sentado alrededor de la mesa tomando un güisqui y conversando. Es decir, ejerciendo como hombres civilizados.

En Bissau la oferta de sobremesas de los restaurantes es muy reducida. A los guineanos les pasa como a mi. Sólo saben hacer tres postres. En su caso, pudding normal, puddind de coco y crema de leite. Eso si, tú vas a la tienda y hay más de 20 tipos de moldes de formas caprichosas (corazón, estrella, cochecito, barco de vela...). Luego, no hay mantequilla, ni nata, ni queso, ni levadura, ni fideos de chocolate, ni masa de hojaldre, ni vainilla…. pero moldes, todos. Para mi, la mejor sobremesa de Bissau es el “Tres Sabores” del restaurante A Padeira Africana. Es una copa con tres cremas diferentes, una tipo natillas, otra de chocolate y una tercera de sabor indeterminado. Está estupenda aunque es algo pesada y por eso recomiendo compartirla entre varios o como se dice ahora “al centro”.



Restaurante A Padeira Africana en Bissau



La receta de hoy es una de las de mi repertorio. Siempre me sale bien. El brownie (o marroncito) es un bizcocho de chocolate con nueces, fruto del error de un cocinero que se olvidó de poner la levadura a su pastel de chocolate y al que siempre estaremos muy agradecidos…

INGREDIENTES:
  • Un paquete de chocolate Nestlé postres. 
  • Medio paquete de cualquier chocolate negro. 
  • Un paquete de mantequilla (unos 200 grs). 
  • 4 huevos. 
  • 200 grs de azucar. 
  • 80 grs de harina. 
  • Nueces (al gusto). 
  • Helado de vainilla. 
  • Un paquete de chocolate negro para hacer a la taza. 
PREPARACIÓN:

  • Derretir el chocolate al baño maría y mezclar con la mantequilla que estará a temperatura ambiente.
  • En otro cuenco, batir bien los huevos con el azúcar hasta conseguir una crema y entonces añadir la mezcla de chocolate. Mezclar todo muy bien.
  • Añadir la harina poco a poco poniendo un colador para que no queden grumos y mezclar.
  • Añadir las nueces troceadas en trozos no muy pequeños. La cantidad de nueces va en gustos. Yo le pongo un puñado.
  • Añadir el medio paquete de chocolate negro cortados en trozos irregulares.
  • Verter la mezcla en un molde engrasado (untar de mantequilla con las manos) y poner en el horno precalentado a 180 ºC unos 30 minutos. Este tiempo de horno variará en función del acabado que queramos conseguir. Si queremos servirlo en plato para comer con cuchara y que el centro quede fundido, lo dejamos un poco menos de 30 minutos pero si queremos cortarlo y comerlo como si fuera un bizcocho hay que dejarlo 35 minutos.
  • Dejar enfriar, desmoldar y cortar en trozos de entre 2 y 3 cm.
  • Servir con una bola de helado de vainilla y chocolate caliente por encima.


Brownie con helado de vainilla



El brownie aguanta muchos días en la nevera por lo que si se va a guardar, hay que cortar sólo lo que se va a tomar en el momento para que no se seque.
Últimamente lo he servido con helado de turrón y de fresa y también está muy bueno.

BMB




sábado, 25 de septiembre de 2010

Las lluvias


Dicen los guineanos que en Bissau la primera lluvia es el 15 de mayo y la última el 2 de noviembre. De momento no se equivocan. El 15 de mayo por la noche cayó el primer chaparrón. A partir de entonces ha ido lloviendo cada vez más hasta las lluvias torrenciales de julio, agosto y septiembre. Luego se van espaciando hasta morir, el 2 de noviembre.

Algunos días por la ventana de mi estudio veo a las mujeres trabajando bajo la lluvia en la huerta de enfrente. Los que van andando de aquí para allá  tampoco se inmutan. Algunos aprovechan el agua para lavarse. Se quitan la ropa, cogen una pastilla de jabón y salen al centro de la calle.
Camarón algo de guineano debe de tener además del nombre porque hace lo mismo. Cuando llueve sale al jardín y se queda en el centro mojándose y mirándonos a todos divertido.

Los niños, corren gritan y saltan encima de los charcos como hacíamos nosotros de pequeños de camino al colegio solo que aquí van en chanclas porque no tienen botas katiuscas. Los niños lo son en cualquier país...
Por las tardes me gusta salir al porche de detrás y recrearme en la contemplación de la lluvia. Nuestra casa está dentro de un manglar muy cerca del mar y cuando deja de llover se escuchan al otro lado del muro sonidos que evocan la selva. Es entonces cuando la naturaleza se impone con toda su fuerza. Ciertas noches, después de la lluvia hay invasión de hormigas voladoras. Las hay a cientos, tantas que se cuelan por debajo de las puertas. Durante la noche pierden las alas y por la mañana Malan barre los montones de alas que se acumulan por todas partes.
Cada día la ciudad se va empapando más y más y el agua va surcando las calles y socavándolas hasta hacerlas intransitables. La humedad se adueña de todo y el moho cubre la ropa de los armarios, los zapatos, las paredes, la comida…


Convivimos a diario con todo tipo de bichos. Un día encontré un sapo dentro del cajón del detergente de la lavadora. Otro, ví uno nadando en el agua del water. Ayer viendo una película apareció uno en el salón. Me levanté, lo saqué a la terraza de un puntapié y continué.


Con el final de las lluvias vendrán los grillos.


 BMB






martes, 21 de septiembre de 2010

Ensaladilla de Camarão

Rodolfo Langostino

Nunca me han entusiasmado los langostinos. Será porque me crié en La Mancha y los únicos langostinos que comí durante muchos años eran los de la caja azul de Pescanova que compraba mi madre en navidades. Seguro que algunos se acordarán de aquel langostino tan simpático, “Rodolfo Langostino," que ataviado con bufanda, gorro y guantes animaba a las amas de casa a comprarlos diciendo con acento argentino aquello de “Pibe, lleváme a casa”. Mi madre los ponía cocidos con mayonesa y yo me hacía la remolona para no comerlos mientras veíamos el mensaje del Rey.

Los primeros langostinos decentes me los comí con 20 años. Me los puso mi tía Cris un verano en Punta Umbría. Aquello ya era otra cosa.
Desde entonces les he ido cogiendo el gustillo y en el último viaje a España he comido muchos para recuperar el tiempo perdido. Los he tomado a la sal en el Hotel Antonio en Zahara de los Atunes, cocidos en Oriza en Sevilla y a la plancha en el Chiringuito El Tabla en Punta Umbría. Todos extraordinarios. Si tuviera que decantarme por unos me quedo con los del Antonio. No por el langostino en sí sino por las vistas a la playa de Atlanterra. 
Entre las ensaladillas caseras la mejor que he probado es la que me pusieron en su casa mis cuñados Aurora y Juan. Cumbre.
Langostino de Bissau

En Guinea Bissau al langostino lo llaman camarão. A la gamba blanca la llaman también camarão,  y al gambón, a la gamba roja, a la quisquilla….Hasta a mi perro que se llama Camarón, por el gran Camarón de la Isla, lo llaman Camarão. Aquí el camarão es religión. Huelga decir que no son los de Sanlúcar de Barrameda, pero aunque algo bastos, son muy sabrosos y preparo muchas recetas con ellos.

Uno de los platos que cocino habitualmente es la “Ensaladilla de gambas” pero con camarão. En Sevilla hay auténticos expertos en ensaladilla de gambas. De hecho hay hasta rutas para comer ensaladilla. La que ponen en el Periqui Chico está soberbia. Este bar, El Periqui, no tiene desde fuera atractivo aparente y una vez dentro sigue sin tenerlo hasta que uno prueba la ensaladilla o el Solomillo al whisky con patatas fritas.

Es un plato fácil de hacer y se puede tomar de tapa, como primer plato o incluso servirla sobre pan tostado en plan canapé.
Tengo que decir que en este tipo de platos sencillos, como en todo, es tan importante la técnica como la calidad de los ingredientes. No es lo mismo hacer la ensaladilla con buenas patatas, gamba fresca y mayonesa casera que hacerla con esas bolsas de patata congelada ya cortada, gamba congelada y mayonesa de bote.

Bueno, al lío:

INGREDIENTES PARA UNA FUENTE MEDIANA:
  • Un kilo de patatas.
  • ¾ de kilo de camarões de los pequeños.
  • 2 o 3 zanahorias (opcional).
  • 3 huevos duros.
  • Mayonesa.

 INGREDIENTES PARA LA MAYONESA:
  • 2 huevos pequeños.
  • Un chorrito de agua (unos 20 gramos).
  • El zumo de medio limón.
  • Aceite de girasol (el que pida). Se puede hacer con aceite de oliva pero sale muy fuerte.
  • Sal al gusto.
PREPARACIÓN:
  • Cocer los camarões en abundante agua con sal. Es importante no cocerlos demasiado porque quedan muy chiclosos. Hay que echarlos en el agua cuando empiece a hervir y sacarlos unos 2 minutos después de volver a hervir otra vez. Si se cuece mucha cantidad hay que hacerlo en varias tandas para que no se enfríe mucho el agua.
  • Colar el agua de cocer los camarões y en esa misma agua cocer las patatas cortadas a cuadraditos para que cojan todo el sabor. Junto con las patatas cocer las zanahorias a cuadraditos más pequeños. Esto último es opcional. Está buena con y sin zanahoria.
  • Pelar los camarões y mezclarlos con las patatas cocidas y las zanahorias.
  • Añadir la mayonesa. Es importante no quedarse corto de mayonesa para que quede jugosa y no en plan engudro.
  • Guardar en un tuperware en el frigorífico unas cuantas horas (mejor si se hace el día anterior).
  • Servir en una fuente alargada cubriendo con una última capa de mayonesa y huevo cocido a rodajas.
Casi todo el mundo sabe hacer mayonesa pero por si acaso pongo aquí también como la hago yo:
  • Poner en el vaso de la batidora los huevos, el agua, el zumo de limón y la sal.
  • Batir para mezclarlo todo e ir añadiendo el aceite poco a poco hasta conseguir una consistencia firme pero no demasiado espesa. Atención las féminas. Según la sabiduría popular manchega, si están “en esos días” la mayonesa puede cortarse…

Ah, importante: En Bissau, con estos calores, con la mayonesa no se juega. Si sobra, se puede guardar en el frigorífico un día o dos pero no más. No me quiero ni imaginar lo que puede ser pasar una salmonelosis en el hospital Simão Mendes…



 BMB





     



sábado, 18 de septiembre de 2010

Ajoblanco con mango

Hace un año que llegué a Bissau y desde casi los primeros días me ronda por la cabeza la idea de escribir. Me considero testigo en primera fila de momentos y situaciones curiosas, interesantes, desesperantes y en todo caso diferentes y quiero compartirlo con los que están aquí viviéndolas conmigo y con los que están allí.

Recuerdo aquel día muy largo y muy cansado. Candela y Camarón (nuestros perros) vinieron por supuesto con nosotros y así me despertaba el 27 de agosto de 2009 en Guinea Bissau: en una habitación de hotel de 8 metros cuadrados con un diplomático, dos perros drogados, 4 maletas y una tormenta tropical. Y con todas mis cosas en un contenedor flotando en algún lugar del atlántico.

Los días siguientes no fueron mejores. Aquella mañana ya fuimos a ver como avanzaban las obras de nuestra casa, alquilada a medio construir 4 meses antes a un guineano “de fiar” según nos habían asegurado. Pero los trabajos no habían avanzado nada. Lo que encontramos fue 14 “pedreiros” y un “engenheiro” tirados en el suelo por aquí y por allá que hacía varios meses que no cobraban y con ninguna disposición para el trabajo. Aquello ya me dio mala espina pero aun no sabía lo que nos esperaba…

Almuerzos, cenas, cócteles, caviar, Ferreros Rocher ¡¡¡¡ Eso me habían dicho de la vida diplomática pero en el tiempo que llevo en Bissau no he visto ni en sueños un Ferrero Rocher y lo más parecido al caviar que he comido son esas croquetas pequeñísimas de carne de “algo” y miles de especias que te ponen en todas partes aquí y que hacen del Almax un indispensable en tu botiquín junto con el repelente de mosquitos. 

La gente se imagina a las mujeres de los diplomáticos en África como unas señoras elegantemente vestidas de blanco, bebiendo champagne sentadas en un sillón de bambú abanicadas por un negro con un enorme abanico de plumas mientras coquetean con un apuesto coronel inglés que bebe Gin-tonic. Sin embargo, la realidad es muy distinta. ¿Qué mujer sensata dejaría su prometedor puesto en una multinacional para seguir a su marido a un país como Guinea Bissau, Burkyna Fasso o Guinea Conakry (no todos van a Paris) sin saber cuando va a volver ni donde va a vivir y si tendrá que reconstruir su casa, sabiendo que cada tres años durante todo su vida tendrá que desmontar todo el chiringuito para meter todas sus cosas en un contenedor para volver a empezar y volver a adaptar las mismas cortinas a otras ventanas y hacer nuevos amigos que posiblemente no volverá a ver nunca? Y sobre todo, ¿qué mujer haría esto sabiendo que no va a cobrar ni un duro por ello?
Afortunadamente algunas hay…..

En Ajoblanco con mango el hilo conductor será la comida aunque no pretende ser un blog de alta cocina. Hablaré de cocina y de Guinea Bissau y de cómo ha sido mi adaptación al medio ya que en Bissau no se encuentra casi nada en el mercado y hay que ingeniárselas entre lo que hay y lo que te traes en la maleta cada vez que vienes. Al aeropuerto “Osvaldo Vieira” no llega maleta sin comida. Las de los españoles vienen repletas de jamón y chorizo; las de los franceses de quesos y foie,  y las de los de los portugueses por supuesto de bacalhau y vinho verde.
El Ajoblanco con mango no es uno de esas comidas del tipo "Crema de papas aliñás desecadas al aroma de bajamar de dos cangrejos moros heterosexuales en emulsión de espárragos trigueros" que se sirven en platos grandes a ser posible cuadrados o triangulares como diría mi admirado Antonio Burgos. El ajoblanco con mango es la adaptación guineana de una sopa española de almendras y ajo de origen humilde. 
  
Un día de mucho calor que tenía invitados a comer decidí preparar un ajoblanco fresquito. Me fui al mercado a por todo lo necesario y no encontré en toda la ciudad ni almendras ni uvas ni melón (“Melão? Melão ka ten” me decía el que vende las frutas en una furgoneta en frente del Bonjour). Algo tenía que hacer y rápido. Lo más parecido a las almendras que pude encontrar fue el Cajú y en cuanto a las uvas, nada parecido… así que Pablo me dió la idea: “ponle mango que aquí hay mucho”.
Aquel primer ajoblanco bissau-guineano resultó estar simplemente delicioso. Como curiosidad diré que haciéndolo con cajú también sale blanco. No lo entiendo muy bien ya que el cajú es marroncillo pero es así.
Desde entonces siempre que cocino ajoblanco con mango mis invitados me piden la receta. Así que ahí va:

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:

-      250 gramos de cajú crudo, no del que ya está tostado (almendras crudas en la  receta original).
-      2 dientes de ajo.
-     150 gramos de miga de pan remojada en agua (mejor si es del día anterior).
-     Un vasito de aceite de oliva virgen. Yo utilizo el de La Alacena de Carlos Herrera.
-     Vinagre al gusto.
-   Sal.
-     1 litro de agua fría.
-   2 mangos.

PREPARACIÓN:

1-    Poner en el vaso de la batidora el cajú o las almendras, los ajos pelados y la sal y triturar. A continuación añadir la miga de pan remojada y triturar hasta conseguir la consistencia de una pasta. De no ser así, repetir la operación.
2-    Sin dejar de batir, ir añadiendo el aceite de oliva poco a poco. Después, añadir el vinagre, el agua y la sal hasta que quede una sopa fina sin grumos. Yo la hago con Thermomix y no necesito colarla pero para los que la hagan con batidora tradicional posiblemente será necesario.
3-   Guardarlo unas horas en la nevera y servirlo muy, muy frío, en cuencos y con el mango a parte cortado en cuadraditos pequeños.

Nota: A mi me gusta un poco más espeso y a veces le pongo menos agua.