miércoles, 23 de febrero de 2011

Putis

El puti es una vasija de barro que fabrican los balantas y que sirve para guardar agua. El mecanismo, similar al de un botijo, roza la perfección. En su funcionamiento intervienen leyes fundamentales de la termodinámica, la física, la climatología y la eficiencia energética. 
El enfriamiento se debe a la porosidad del barro que hace que la vasija exude agua y ésta, al evaporarse en la superficie en contacto con el aire, toma calor del agua que queda en el interior, enfriándola.

Un guineano no sabe de termodinámica ni falta que le hace. Pero sí sabe, que si pone agua en un puti y lo deja a la sombra en un lugar seco y ventilado, el agua se enfría por mucho calor que haga.


Venta de putis en Safim
En la carretera, las mujeres balanta muestran los putis que tienen a la venta. Pasado Safim, encontramos un puesto  con varios modelos pero como los queríamos más grandes, el responsable de putis nos llevó a una tabanka cercana donde los fabrican. Mientras los encargábamos y cerrábamos el precio final, los niños  correteaban a nuestro alrededor algo asustados. Un pequeñín no paraba de llorar, quizás por ser la primera vez que veía a un blanco. Nos dijo la señora que en una semana los tendría terminados así que el jueves que viene nos vamos otra vez de putis.



Fabricantes de putis con sus hijos
Niños balanta

Almacen de putis sin terminar



Aunque en España ya casi no se usa, no hace tanto de aquella estampa del botijo sobre un pañito de ganchillo, en las casas en mi pueblo. De pequeña mis padres me compraron uno pequeñito que yo metía en la nevera sin saber que no hacía falta.... Me encantaba aquel regusto a barro que cojía el agua en el botijo. Recuerdo que mi abuela me decía: échale unas gotitas de anís al botijo y verás que rico. ¡Mi abuela sí que sabía!

BMB

miércoles, 16 de febrero de 2011

El apagón




A los que vivimos en Guinea Bissau, la noticia del apagón de cinco minutos de ayer en España nos suena a coña. ¡Cinco minutos sin luz! En Bissau, para la mayoría de la gente, lo raro, lo realmente extraordinario, es estar cinco minutos con luz. Los pocos privilegiados que tienen luz, porque se pueden pagar un generador y el combustible, saben muy, pero que muy bien lo carísimo que es fabricarla. 

Ayer algunos españoles apagaron la luz cinco minutos para protestar por la subida del 10% de las tarifas. Me parece bien. Hay que protestar. No hay que resignarse. Pero, ¿saben los que protestaron cuanto cuesta fabricar cinco minutos de luz?. ¿Conocen que el 70% de nuestra energía se la tenemos que comprar a otros porque aquí no tenemos bastante y que esos otros la fabrican en centrales nucleares? ¿Entienden que las energías renovables subvencionadas son un 30% más caras y que eso se traduce en un incremento en su propia factura?. ¿Comprenden que la tan criticada nuclear es una de las fuentes de energía más baratas y menos contaminantes que existen?

Hay que protestar, si. Protestar contra la política energética de este gobierno y de los anteriores, que nos va a llevar a la ruina. Como sigamos así, en España dentro de nada tendremos apagones y quien sabe si en un futuro no muy lejano lo extraordinario será tener cinco minutos de luz.

BMB

lunes, 14 de febrero de 2011

MALAGUETA

Para algunos el picante es un placer, una forma de hacer la comida más interesante y divertida y para otros, una auténtica tortura. A pesar de hacer tenido siempre muy mala prensa, cada vez son más los estudios que demuestran que no es tan malo como nos creemos. Es más, parece que tomado con medida podría ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes e incluso cáncer. 

Pero, ¿que es el picante? ¿por que pican algunos alimentos? Lo que provoca esa sensación tan placentera, o tan desagradable, es la capsaicina. Una sustancia que al entrar en contacto con nuestra lengua origina una irritación en las papilas gustativas que hace que el cuerpo genere endorfinas para calmar la irritación. Esa sensación de alivio es la que nos engancha y nos crea adicción.
Por eso, el cuerpo nos pide más y como la capsaicina mata, por así decirlo, las papilas gustativas, cada vez somos capaces de comer más y más picante y más fuerte.

Y, ¿como se mide el nivel de picante? Es difícil. Subjetivo. Unos dicen que el picante más fuerte es el chile mejicano, otros que el Indio y algunos, que los pimientos del pueblo de su tío de Teruel...Para aclarar este asunto, un científico llamado Scoville creó una escala que mide el nivel de picante de los diferentes tipos de pimientos. En el top estaría la capsaicina pura y el último de la escala sería el pimiento verde, el que no pica.


Malagueta de Guinea Bissau


En todos los países tropicales se consume mucho picante. Parece ser que una de las reacciones del cuerpo a la capsaicina es el sudor, que baja la temperatura corporal y ayuda a combatir los calores del trópico. Además por su alto contenido en vitaminas el picante es un estupendo antibacteriano que todo lo mata.







Restaurante Bate-Papo. Bissau
La malagueta de Guinea Bissau pertenece a la variedad Chile malagueta y tiene entre 50.000 y 100.000 unidades Scoville. Lo que significa que está a mitad de tabla más o menos. No está mal.
En Bissau se encuentra en el mercado y te la sirven en todos los restaurantes. Preparan una salsa (o molho) a base de malagueta y lima que se le echa por encima al pescado, las ostras o las brochetas. Lo bueno que tiene es que si el pescado está un poco pasado con la malagueta ni te enteras... 


El domingo almorzamos en el restaurante Bate-Papo de Bissau (antiguo María do Río). El local, agradable, el personal simpático y la comida aceptable. Fueron rápidos y hasta nos pusieron una cubitera hasta arriba de hielo con las cervezas. ¡Gran logro!. Tomamos chorizo y camarones fritos de entrada, bastante buenos. De plato principal, bica grelhada, febras de porco y espetada y todo ello acompañado, como no, con el molho de malagueta.



Restaurante Bate Papo. Bissau.

Como estaba a gusto y en buena compañía, me dejé llevar por la euforia y se me fue la mano con la malagueta...Las consecuencias, las previsibles: diarrea, vómitos y un fuego interior que aun me dura...

BMB

viernes, 4 de febrero de 2011

Darse Pisto

Con el pisto pasa como con el chorizo: el mejor es el del pueblo de cada uno. Por eso, recetas de pisto hay muchas. Casi tantas como pueblos y aunque en algunos, lo llaman de otra manera (tumbet los mallorquines, samfaina los catalanes, piperrada los vascos o fritada en muchas otras regiones) sigue siendo pisto. Recuerdo que hace tiempo fuí con una amiga a cenar ratatouille a casa de unos franceses. Cuando llegamos y sirvieron la cena, mi amiga dijo:  pero que ratatouille ni ratatouille, ¡esto es pisto manchego!

Porque el pisto no es más que verdura frita. ¿Y qué verdura?. Pues partiendo de una base de tomate y pimiento, la que haya a nuestro alcance: cebolla, calabacín, calabaza, berengena, puerros....todo ello frito a fuego lento y en el orden adecuado se convierte en un estupendo pisto. Luego, no hay más que freir unos huevos y unas patatas y a mojar pan hasta reventar....si ya lo dicen en mi pueblo: ¡estás más buena que una mojá de pisto!

La historia del pisto no está clara. Unos dicen que es un plato campesino de origen humilde. Otros, que es la evolución de un plato a base de berengena frita, de origen árabe (de ahí que en algunos sitios lo llamen alboronía). El caso es que el pisto es un plato tradicional muy importante en la historia de la cocina española. Quizás de ahí viene la expresión "fulanito se va dando pisto" cuando alguien se las va dando de importante.

Esta receta de pisto es una de tantas. No sé donde lo aprendí ni de quien, pero lo hago así desde siempre y así se lo he enseñado a Itler que ya lo borda. 


INGREDIENTES:

  • 1 Kg de tomates maduros.
  • 1 Cebolla grande.
  • 2 Pimientos verdes grandes.
  • 1 Calabacín grande.
  • 1 Berengena también grande.
  • Aceite de oliva virgen (huelga decir que en platos como éste la calidad del aceite es determinante).

Itler con los ingredientes del pisto.

PREPARACIÓN

  • Pelar y cortar las verduras: la cebolla y el pimiento en trocitos pequeños. El calabacín (dejarle algo de piel) y la berengena (con piel) en cuadraditos. El tomate habrá que escaldarlo primero para quitarle la piel. Luego, lo cortamos también a cuadraditos.


  • En una sartén hacer un sofrito con la cebolla y el pimiento. Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadir la berengena y por último el calabacín ya que es lo que más rápido se hace.
  • En otra sarten, freir el tomate en aceite de oliva a fuego lento hasta que reduzca. Añadir sal y una cucharadita de azucar para que no pique.
  • Cuando tengamos todo frito, lo juntamos en una sola sartén y lo freímos unos 10 minutos más a fuego muy lento.

  • Servir  con huevos y patatas fritas (también a cuadraditos). 
  • Acompañar con vino tinto y  un buen pan con mucha miga.


Sugiero otras dos formas de servir el pisto si tenemos invitados: 

  • Sobre pan tostado en plan canapé para el aperitivo.
  • Como segundo: poner en un plato una cama de pisto y encima un pescado (corvina, merluza o rape) a la plancha o rebozado y de guarnición unas patatas panadera. Por encima, perejil picadito para adornar.

Para terminar, no puedo dejar de mencionar el pisto de mi madre: sólo tomate y pimientillos de Socuéllamos (la versión manchega de los pimientos de Padrón). Lo pone con tortilla de patata. Está de muerte.

BMB